A veces la gente muestra muchísimo menos de lo que esconde. Y ahora que se marcha de Madrid a otro país, Elchicoquecreaproblemasparalosdemás, lo hace creándoselos a sí mismo.
Desde la semana pasada es un excompañero de trabajo, unas manos que buscan cinco, siete o diez diferencias entre mi cuerpo y el de otra, una sopa de letras de emociones, una ventana que parpadea 24 horas en el messenger, un John Wayne de película de sobremesa y un autodefinido sin sorpresas que resolver distraidamente a la espera de que pase cualquier otra cosa.
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