30 abril 2007

corten!


Algunos días –el jueves, el viernes- me siento como esas dueñas de los burdeles en las películas del oeste. Ésas que siempre se acuestan con el vaquero protagonista y ocupan el papel de confidente en sus vidas. Ésas que escuchan las confesiones de amor o desamor para terceras y sonríen desde el porche en el plano final de la película, el del beso entre la chica y el chico.
Y no es que quiera ser una joven rubia y tonta hija de colonos, pero creo que después de casi un año acostándome con novios, maridos y amantes de otras, este papel está empezando a encasillarme.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira, pues yo me siento como el secundario simpático que sabes que va a caer a mitad de peli y que, efectivamente, cae malherido poco metraje más allá de que estalle el conflicto y el prota no tiene más remedio que, con todo dolor de su corazón y tal, dejarlo tirado a su suerte -¿su suerte?, no es lo mismo a que te toque la BonoLoto, pero en fin- para seguir su camino por las llanuras de Wisconsin y acabar antes de los títulos de crédito hecho un héroe... Lo único, que en mis pelis los protas son chicas que tienen que seguir su camino allende los mares y los Pirineos y acabar, suponen ellas, hechas unas señoras de provecho. Me cago en John Ford.

Anónimo dijo...

Supongo que podría ser peor.

Podrías ser la mujer del Cura.

RdB dijo...

mmmmmm...
¿la gente se marcha buscando algo o escapando de lo que tiene?

San Juan 14 versículo 4

Anónimo dijo...

La gente se marcha porque ha firmado un contrato consigo misma que no es capaz de romper... Menos los puentes y las Semanas Santas, que se marcha porque todo el mundo lo hace.

Judas, de sus memorias "30 monedas de plata dan para pillar un buen cuelgue"