20 agosto 2006

las diez y diez

Hoy nos hemos vuelto a ver.
En medio de esa rutina de mentira creada para soportarnos sin querer y querernos sin soportarnos, él combinaba los colores de su ropa y yo jugaba a buscar las diferencias.
Hemos hablado más de nada que nunca y en el momento de separarnos me ha invitado a acompañarle al cine. Dos veces.
Para salir a la calle me he puesto mi vestido viejo, mi sudadera nueva y mi cara de los jueves. Hacía tanto frío fuera como dentro. Una desconocida –para mi- le ha saludado. Yo la he observado con una luz de orgullo en la mirada. -Es mío-.
Pero no es verdad. Tal vez fue suyo ayer o lo será mañana.
En la filmoteca no quedaban entradas para la película de las 22h. Ésa que desde nuestra primera cita nos ha traído mala suerte. Él tenía la suya. Yo tenía ganas de llorar y volver a casa.
De camino, he esquivado la mirada de la desconocida con un nudo de angustia en la boca del estómago.
Hace días que siento ahí el corazón y contengo a todas horas las ganas de vomitarlo.

03 agosto 2006

adiós


últimamente a mi también me pica el champú en los ojos...