Recién llegada de una de esas fiestas de sector. Cientos de antiguos compañeros de otras empresas. De otras épocas. De cuando las cosas se hacían de otra manera. Besos sinceros o mentirosos. Sonrisas. Cráneos rapados escondiendo calvas incipientes. Vestidos anchos escondiendo curvas asentadas o bulimias evidentes. Algún canapé, muchas copas y demasiadas personas haciendo las mismas confesiones: “...el trabajo genial, pero me encantaría tener tiempo para mi vida personal...”.
¿Vida personal?, ¿para qué? siempre que la he tenido ha sido un desastre.
Y es verdad, se nos da mucho mejor comer croquetas.
MENSAJE OPORTUNO EN MI GALLETA DE LA FORTUNA: Un amigo en el Mercado es mejor que tener dinero en la cartera.
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