
El argentinoquefingequenoloes se marchó para enfrentarse a sus propios monstruos y ha decidido quedarse al otro lado del mundo para sentarse cada día en la misma mesa que ellos.
El chicoquecuandohablausaonomatopeyas duda entre marcharse al norte de Europa solo, o al sur de españa con su novia.
El chicodelosojosmásverdesgrisesyazulesdelmundo se marchó a N.Y para no volver. Para no volver en medio año. Para no volver hasta que el viento, la popa y las velas apunten al puerto adecuado.
Y mi ex pareja -mi amigo, mi amante, mi jarra, mi familia, mi barrio- elmúsicoquenuncaescuchalasletras, desde su tierra de nadie en Marsella, se ha convertido con su amor incondicional, su perfección imperfecta y su incapacidad para oir, en un trozo de carne de los que se hacen bola en la boca y náusea en el estómago.
Con esa angustia y con la vida que escriben los demás, yo voy llenando de tachones la mía.
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