30 abril 2007

corten!


Algunos días –el jueves, el viernes- me siento como esas dueñas de los burdeles en las películas del oeste. Ésas que siempre se acuestan con el vaquero protagonista y ocupan el papel de confidente en sus vidas. Ésas que escuchan las confesiones de amor o desamor para terceras y sonríen desde el porche en el plano final de la película, el del beso entre la chica y el chico.
Y no es que quiera ser una joven rubia y tonta hija de colonos, pero creo que después de casi un año acostándome con novios, maridos y amantes de otras, este papel está empezando a encasillarme.

te puede pasar a ti


A mi compañera Mt le ha dejado su chico. Después de más de diez años. Después de compartir facturas y proyectos. Él se ha levantado por la mañana y le ha dicho que ya no la quería.
Que cuando dijo lo contrario ayer –y anteayer y el otro y el otro y el otro- no contaba. Que cruzaba los dedos. Que cerraba los ojos y se imaginaba con otra. Con su otra.
Y así, mi compañera Mt ha perdido en una mañana su vida, su casa, su presente, su futuro y su capacidad para creer. Ahora, cuando alguien le dice “está frío”, “está caliente”, “te sienta bien”, duda.
Su instinto y su entorno ya la han engañado antes.
Y los demás, los que la rodean, se duelen por su dolor, pero sobretodo y como ocurrió tras el 11 de Marzo entre muchos de los que viajaban diariamente desde Atocha, se duelen por esa terrible sensación de que todo lo sucedido, toda esa angustia, esa falta de fe, ese choque con la mentira, perfectamente, les podría haber tocado a ellos.

14 abril 2007

el amor de mi amiga M


Mi amiga M se ha enamorado de un pantalón de showroom. Un trozo de tela original, exclusivo, que se ajusta a ella a la perfección, y le va a salir jodidamente caro.

09 abril 2007

coleccionando (II)



Algunos objetos viajan más que muchas personas.
Éste -un cenicero que no es bonito, que no cuesta dinero, que no fue comprado por nadie especial para nadie especial- ha cruzado dos veces un océano, el Atlántico, ha pasado algunos años en Nueva York, ha recorrido varios estados americanos, ha atravesado fronteras en Europa: de Treviso en Italia, a Madrid en España. Ha sobrevivido durante años a mudanzas, fiestas, cenas, noches en blanco, golpes, caídas accidentales al cubo de la basura, detergentes más o menos abrasivos... hasta que llegó a mi. Que nunca he estado en Nueva York, que no conozco Treviso y que ni siquiera fumo.

Precisamente por eso, es el mejor regalo que podían hacerme.