31 marzo 2007

coleccionando


Me gustan las cosas que no importan. Que no valen nada. Que se pierden durante años en el fondo de los cajones. De los bolsillos. Que cuando encuentras no podrías tirar porque –joder- ese trozo de plástico lleva contigo más tiempo que algunos amigosdetodalavida.
Esas cosas pueden ser lápices, cajitas de caramelos, ceniceros, envoltorios de regalos de comunión o palabras.
Ésta me la regaló la hija de un amigo del barrio. Tiene cuatro años y churretes de helado en las mejillas.

29 marzo 2007

cuando la ficción supera la realidad


Un ejecutivo de unos cuarenta años conduce su coche familiar por un barrio de oficinas de Madrid. En el asiento trasero, una sillita de niño y algunos juguetes desperdigados. Se siente mal. No sabe qué le pasa –ningún hombre sabe definir qué le pasa cuando está enfermo- pero se encuentra realmente mal. Decide parar en el arcén. Está torciendo el volante cuando sufre un infarto. El coche se sube a la acera hasta detenerse bruscamente. Los peatones corren asustados. Uno de ellos intuye lo que puede estar ocurriendo, corre hacia el vehículo, intenta abrir la puerta del piloto y la del copiloto. No lo consigue. Rompe el cristal de una de las puertas traseras y desbloquea los pestillos. Se desliza hasta el ejecutivo y lo empuja a la calle. Le practica un amago de masaje cardiorespiratorio.

Alguien ha llamado al 112. Las ambulancias tardan menos de un minuto en aparecer. Primero una. Luego otra. Más tarde una tercera. Los sanitarios corren. Los curiosos miran desde la acera. Un médico despliega una carpa para proteger al hombre de las miradas. Minutos después la repliega de nuevo.
El ejecutivo tiene el cuerpo y el rostro cubiertos por una manta térmica dorada.
Lo llevan a una ambulancia que arranca y se marcha. Sin sirena. Sin luces. Sin prisas. Sin nada.
Desde la décima planta de un edificio de oficinas próximo, una chica de pelo corto está mirando por la ventana. Acaba de comer. Coge el cepillo y la pasta de dientes del cubilete de los lápices, y de camino al baño piensa que a veces la realidad es increíble y jodidamente irreal.


Eso fue lo que –además de las reuniones, presentaciones, risas, cañas y chistes- me pasó anteayer en el trabajo

27 marzo 2007

con los dedos cruzados


Siempre hay una razón para estar triste.
Yo les digo a todos que la mía es la astenia primaveral.

26 marzo 2007

¿Por qué unos se quedan...




¿Por qué –a pesar de estos siete meses de primavera, de mis dos balcones a la puesta de sol, mis amigos, mi amigo, mi otro amigo, mi otro amigo, mi otro amigo, mi otro amigo, mi otro amigo, a pesar de mi trabajo, mi armario del baño, los libros que dejé, mi casita nueva y mi oficina vieja, mi suelo de terrazo, a pesar de mis ventanas ciegas, mis ojos ciegos, a pesar del cebrano, de la música pop, de la cama en diagonal, del plástico fantástico, de las cañas y los vinos cada noche, a pesar del sexo como fin, del tiempo para mi, de no esperar respuesta a llamadas inesperadas, a pesar de los desayunos en la cama, y las comidas, y las cenas- he olvidado las razones por las que le odiaba, pero no las razones por las que le quería?

...y otros se van?


¿Por qué -a pesar de los años, las parejas, los amigos, las experiencias, los viajes, los amores, los desengaños, los polvos de una noche, los de dos y los de tres, a pesar de los trabajos, las llamadas de cumpleaños, los mensajes en navidad, el quétaltufamilia, a pesar de los email forward, el dalesrecuerdosatodos, los besos en las mejillas, el yo TANbien, el jodido unbesobombón, a pesar de los ojos de cualquier otro, a pesar de los de ese otro en particular- he olvidado las razones por las que le quería, pero no las razones por las que le odiaba?

24 marzo 2007

tengo tengo tengo...



Mimejoramiga T ha conocido al amor de su vida, se ha casado con él, han compartido amigos comunes, aficiones y paseos. Han tenido dos hijos –uno biológico, otro adoptado- y han roto para siempre. Todo en un plazo de 15 días.
Él es ese vestido que te compras por impulso, sin probar y que devuelves a la tienda antes de que caduque el tiquet de compra.


Mimejoramiga S encontró el amor cuando empezó a buscar otras cosas. Ahora tiene un traje negro y caro que le sienta bien y combina con todo.


Mimejoramiga A siempre tiene al lado un amor de mercadillo. LLamativo y brillante. Con strass, lavado a la piedra, serigrafía, colores fluorescentes, bordados y mensajes que sólo hacen gracia al que los lleva.


Elargentinoquefingequenoloes se ha clavado por unas zapatillas que vio en un escaparate. Ahorrará durante meses para comprarlas, y cuando las consiga, inmediatamente, se enamorará de cualquier otra cosa.


Miamiga Y lleva un pañuelo de su abuela abrazado al cuello. Casi siempre le da calor, pero a veces la asfixia.


Elchicoqueleíatebeos sale a la calle en zapatillas de andar por casa. La lana está llena de pelotillas y el estampado es de cuadros escoceses, ésas son sus dos grandes razones para quererlas.


Mihermano estrena traje. Y aunque los zapatos nuevos son perfectos, sabe que cuando tenga que quitárselos necesitará tiritas para cubrirse todas las rozaduras.


Yyo, les tengo a ellos, pero sobretodo tengo tengo tengo un altillo lleno de cajas de ropa vieja que por alguna razón extraña me he empeñado en desempolvar.

22 marzo 2007

21 marzo 2007

Lorem ipsum dolor sit amet


El otro día, en el curro, una conversación:

ellos –entre sí-: paralelismos entre Boston grupo y Boston región.
yo: ?
ellos –entre sí-: paralelismos entre Texas grupo y Texas región.
yo: ??
ellos –entre sí-: paralelismos entre Vancouver grupo y Vancouver región.
yo: ???
ellos –entre sí-: paralelismos entre Chicago grupo y Chicago región.
yo: ????
ellos –entre sí-: paralelismos entre Beirut grupo y Beirut región.
yo: ????!
ellos –entre sí-: paralelismos entre Dover grupo y Dover región.
yo: ????!!

Definitivamente, empiezo a sentirme en este sitio como en casa...