¿por qué quiero sin querer y cuando me doy cuenta siento la terrible necesidad de salir corriendo? si contabilizáramos las carreras de mis últimos meses escapando de compromisos, obligaciones, deseos que ya no son, muestras de afecto, intimidad o cariño podría dar la vuelta al mundo por lo menos cinco veces.
30 octubre 2006
21 octubre 2006
Calor de holgar
Amor de madre. Caliente como una manta, como las zapatillas de andar por casa. Ésas con las que sólo algunos salen a la calle. Los que pasean a sus perros. Los locos y los que tiran la basura. Un amor tan redondo, tan opresivo, tan asfixiante como la ropa de invierno en otoño: tienes ganas de volver a ponértela pero cuando la llevas necesitas -varias veces al día- poder quitártela de encima.